martes, 7 de mayo de 2013

Alex Ubago: Espero que no me odien por amar a mi mujer.


Alex Ubago llega  estrenando paternidad y con pistas muy claras de que está enamorado de su esposa. Hablamos con él.

 
Alex Ubago hace un día y medio que llegó al país. Asegura haber descansado lo suficiente y estar de lo más fresco para hablar de Mentiras sinceras, su más reciente disco. También de su especial contexto de producción. Especial porque el sexto disco de cantautor vasco fue grabado en Italia (como siguiendo la estela del multipremiado Sergio Dalma), está señalado por su sello como su obra "más madura" y tiene un par de canciones que tiran pistas sobre un estado de plenitud familiar que, por lo general, el estrellato pop obliga a mantener en secreto.
"Me has pillado bastante fresco y de buen humor. Vamos, charlemos", invita un Ubago que desde que hizo pie en este negocio, hace 12 años ya, las vivió a todas: fue esperanza pop; confirmación; artista de punta de disquera; vértice de alianza (como la que formó hace un par de años con Lena y Jorge del grupo Bacilos); el renombrado que está en posición de elegir productores. Y ahora se casó y tuvo un hijo. Lo curioso es que le dedica temas a cada uno en una obra llamada como se llama.

-¿Sos un veterano ya de la canción romántica?
-Sinceramente, no me veo como un veterano, pero sí que van pasando los años. Parece que fue ayer que largué mi primer disco, aunque ya han pasado 12 años. Este es mi sexto disco... Siento que, poquito a poco, voy consolidándome. Más maduro que veterano, en todo caso (risas).

-"Mentiras sinceras" es un título que, para la víctima de un engaño, puede resultar perverso.
-Espero que no se lea así, porque perversión hay poca, sinceramente. Es un título contradictorio, sí, que viene muy vinculado con una de las canciones del álbum. En principio, me parecía un título sugerente. Porque, a decir verdad, para mí no existen las mentiras sinceras, son un imposible. Si escuchas la letra, notarás que es un juego de puras contradicciones. Tiene su pequeña metáfora detrás, y me gusta que cada uno tenga su propia interpretación sobre ella. Aun así, espero que no se lea como perverso.

-¿Por qué Italia? Sergio Dalma también cayó en ese influjo y, como decimos aquí, la pegó.
-Los italianos son "la" historia de la música romántica, y a los españoles nos tocan de cerca. Y a los argentinos también, creo. Son unos maestros en ese terreno del pop y la balada romántica. He tenido ganas de trabajar en Italia desde hace mucho tiempo, porque ellos representan una gran influencia para mí. Para Sergio Dalma lo ha sido, y lo ha demostrado con su disco sobre clásicos italianos archiconocidos y valorados. En mi caso, apenas tenía ganas de trabajar con Claudio Guidetti, que es un productor mítico, y su equipo. La movida dio sus frutos, ya que Claudio le ha dado un toque de frescura a mi sonido, lo volvió un toquecito más moderno. Hasta aquí yo venía muy clásico. Claudio dio un paso adelante sin alterar mi esencia.

-A propósito de la alianza con Jorge y Lena, ¿todo se limitó tres referentes de la música hispanohablante desafiando contratos por el simple afán de juntarse y pasarla bien?
-Fue una aventura, tal cual lo planteas. No sé si lo volvería a hacer, eso sí. Nunca vi ese proyecto como sustitución de mi carrera sino que fue paralelo. De todos modos, nos fue bastante bien. Fueron dos años entregados al proyecto, pero no fue un matrimonio. Sin embargo, no cerremos la puerta a nada. Fue algo así como Tribalistas en la música brasileña. Asociación por puro gusto.

-Has sido padre de Pablo y le has dedicado (la canción) "Para aprenderte". ¿Cuál es la trastienda de ese homenaje?
-Efectivamente, he sido padre hace 10 meses. La experiencia más increíble de mi vida. Suelen decir que los niños llegan con un pan bajo el brazo, en mi caso llegó con un disco bajo el brazo. Mentiras sinceras y Pablo han llegado a la par. Tengo que aprovechar cada minuto con él, porque me ha tocado viajar bastante. Me hacía mucha ilusión que hubiera una canción para él. Entonces escribí una antes de que naciera. Resultó Para aprenderte, que no llega a canción de cuna pero sí es una a piano y voz, muy intimista. Párrafos arriba, Alex Ubago aclaraba que Mentiras sinceras no era un título perverso. Pero bueno, cuando la pelota vuelve al cronista, éste le sugiere que el pop sí lo es. Es que tal industria obliga a las mujeres a diferir la maternidad, al tiempo que a los hombres los condiciona a mantener en secreto a esposas y compañeras de vida con tal de mantener en alto el misterio ante las fans. Como sea, Ubago se carga este "deber ser" dedicándole a su mujer el tema Ella vive en mí. "No pensé en las consecuencias, simplemente fui sincero", dice Ubago.

-Pero concedeme que no es lo habitual en esta industria.
-Esto es algo que hablo regularmente con mis compatriotas de La Oreja de Van Gogh. Alguna vez hemos comentado, y reivindicado, esto de que tenemos una vida normal fuera de las giras y los discos. Una vez que cumplimos con el trabajo, volvemos a San Sebastian y hacemos una vida lo más alejada de lo que cualquiera pueda imaginar como farandulera.

-¿Cómo sería esa vida?
-Pensamos que se puede tener una vida normal; vida de hacer deporte, de salir a pasear, de juntarte con tus amigos a tomarte unas cañas. Es sano y necesario tener los pies en la tierra. Mis fans saben que estoy casado. Y si me preguntan de dónde sale esa canción, les digo que surge de un amor real. Espero que mis fans sepan entenderlo, que no me odien por amar a mi mujer.
En vivo por aquíAlex visitará Córdoba el miércoles. Ofrecerá un acústico en el local de Musimundo (Rivera Indarte 175), desde las 18.30. Las invitaciones se retiran desde el martes en Alvear 139 (Cadena 3).

Retomado: LaVoz.com.ar

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