 |
| Álex Ubago llegó ayer a Barranquilla, en la primera gira que lo trae al país. Antes de su presentación, habló con EL HERALDO. |
Álex Ubago se quitó la tristeza de encima de sus anteriores álbumes y
se echó luz sobre sí mismo. Se le subió la sonrisa al rostro apenas
llegó a Barranquilla, con los nervios y la emoción guardados en los
bolsillos, para que no se notaran.
La idea de la ciudad se la creó el español a través de tuits, con las
menciones de sus fanáticas, que llegaron a las instalaciones de la
emisora Radio Tiempo hasta en pañales, literalmente, por conseguir una
boleta para su concierto.
Antes del espectáculo que tenía programado para anoche, como una
compilación de los sencillos más significativos de sus 12 años de
carrera, el artista atendió a los medios locales en medio de los gritos
de sus seguidoras, que corearon sus canciones. “Tiene pinta de que va a
ser un público muy cálido”, dice él, en el preámbulo de su primera
presentación en la ciudad, en el marco de la gira de conciertos
promocional de Mentiras sinceras, su nuevo álbum.
De todos los públicos no se puede aseverar lo mismo. Que un artista
internacional como Ubago diga eso de Barranquilla resulta un halago.
“Hay ciudades donde el público es más frío, otras donde es más prendido,
se notan diferencias”, afirma, como pidiendo aplausos para las chicas
que se agolpan en la recepción de la emisora, queriendo escucharlo,
verlo en vivo y en directo, cantar derramando una lagrimita. “Me da la
sensación de que este va a ser un público de los que nos gustan a los
artistas: de los que cantan las canciones, de los que se emocionan, de
los que lo dan todo”. Así que él llegó con la misma intención: darlo
todo sobre el escenario.
Las arepas del desayuno le sentaron de maravilla, además del hecho de
estar en una ciudad costera. “Yo también soy de costa, me gusta”. El
calor lo afecta, sí, pues su lugar de origen no es tan cálido. Álex, sin
embargo, asegura que lo que él siempre se lleva es el abrazo caluroso
de la gente. Eso es lo que queda.
Amante de la novela negra, un poco más distante de la poesía, aunque
su voz la haya prestado para refrescar el legado romántico de Pablo
Neruda en un tributo. “Estoy en una nube desde que llegué”, repite, y no
se quiere bajar. No podría estar más feliz: entre su regreso a la
música en solitario –luego de unirse a la cubana Lena y al colombiano
Jorge Villamizar en un grupo- y el nacimiento de su hijo Pablo, la vida
se le va en sonrisas. Él posa con la mejor, la que conoce, la natural.
Sabe que su periplo implica regalar más luz, y fotos, y autógrafos.
“Cualquier cosa que me imaginé era menos de lo que realmente ha sido”.
Barranquilla tomó por sorpresa a un Ubago que lo más cerca que había
llegado era a Cartagena, y que no imaginaba una calidez igual, incluso
superior, a tan pocos kilómetros.
“Venir por primera vez a una ciudad y recibir ese cariño de parte de
la gente es el sueño de cualquier artista”. La Arenosa le ha regalado
otra estampa a su colección de episodios memorables. “Eres parte de
mí…”, reza su último sencillo. El recibimiento que le dedicó la ciudad
ya hace parte de él, de la anatomía de su ser artista. Fue una primera
vez onírica, para soñarla mientras se repite.
Por Andrea Jiménez J.
Retomado de: El Herlado.co
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por los comentarios!!!!!