Es joven, guapo, simpático y siente pasión por la música, donde Álex
Ubago ha triunfado hasta el punto de que muchos dicen de él que es el
mejor embajador del romanticismo que tenemos en la actualidad. Este
título se ajusta a su personalidad, porque reconoce que a él lo que le
inspira las letras de sus canciones es el amor, el desamor, los temas
sociales y, desde hace meses, su hijo y su mujer. Padre primerizo –su
hijo Pablo nació el julio pasado–, compagina los recitales y la
promoción de su último disco, titulado 'Mentiras sinceras', con el
cuidado de su bebé.
Quienes lo conocen dicen que está pasando por un momento dulce.
-Sí. Además, hay una canción en este disco que se titula “Para aprenderte”, que se la escribí a mi hijo antes de que naciera.
-Para usted será una tema importante.
-Sí, es una
canción muy especial que hemos grabado a piano. Es una balada dedicada a
Pablo, que habla de una ilusión. Exactamente, de la ilusión que ha
provocado en mí toda esta maravillosa aventura.
-¿Le ha cambiado mucho la vida con su nacimiento?
-Me
ha cambiado la manera de verla, porque ahora valoro cosas que antes no
valoraba o veía de otra manera. También me he dado cuenta de que algunas
no son tan importantes como yo creía y otras lo son mucho más. Ser
padre es una sensación increíble, difícil de explicar con palabras.
-¿Le gustaría tener más hijos?
-Sí, me encantaría, no se cuántos pero sí alguno más. Soy hijo único y me gustaría que mi hijo tuviera un hermano.
-¿Qué tal se le da cambiar pañales?
-Ya los cambio
con una mano. También se me da muy bien dar los biberones. Me levanto a
las seis de la mañana e intento colaborar con el niño y en la casa todo
lo que puedo.
-¿Es consciente de que vivimos tiempos difíciles?
-Lo
son para casi todo el mundo, pero, como yo tengo una mentalidad
positiva, intento mirar el vaso medio lleno, arrimar el hombro y seguir
trabajando. Yo necesitaba sacar este disco en este momento y así lo he
hecho. Lo de haber sido padre este año ha sido una suerte y estoy muy
contento por ello.
-¿Cree que cualquier tiempo pasado fue mejor?
-Yo
tuve la suerte de pillar esos últimos años en los que todavía la
industria musical vivía momentos de bonanza total y se vendían muchos
discos. Del primero vendí un millón y medio de copias y de los dos
siguientes dos millones. Después cayeron las ventas.
-¿Le ayudó irrumpir en pleno “boom” de “Operación Triunfo”?
-“Operación
Triunfo” a mí no me perjudicó, incluso me pudo beneficiar aquella
exposición mediática impresionante que tuvieron los concursantes del
programa. De hecho, mi primer disco tuvo un éxito que no podía haber
soñado nunca, porque, en aquel momento, yo venía de mi casa, con mi
guitarra, mis canciones, tímidamente, y con una imagen menos trabajada
que la que los participantes de “Operación Triunfo” tenían.
-¿Cómo le afectó la fama repentina?
-Muy
positivamente. La fama te da la oportunidad de que el público te
conozca, sin embargo, aparecer tanto tiempo en televisión puede ser
negativo por las críticas que eso suscita, pero es algo que hay que
aceptar. Lo importante es tener la cabeza muy bien amueblada, tener
claro quién eres y lo que quieres hacer.
-¿Qué no es negociable para usted?
-La familia, los
amigos de siempre, estar muy cerca de los que te quieren. A mí, mis
amigos me han servido de mucho porque nunca me han halagado por haberme
convertido en una persona conocida. Y mis padres siempre me han dicho
las cosas como las piensan. También mi mánager y la gente que trabaja
conmigo son muy sinceros.
-Tener el listón de ventas tan alto, ¿le condiciona de alguna manera?
-En
mi caso tuve la suerte de pegar el pelotazo desde el principio, pero
eso he empezado a valorarlo con los años, porque al principio no era muy
consciente. Ahora trato de que la fama y la popularidad no se me suban a
la cabeza.
-¿Qué busca en la música?
-Divertirme, expresarme,
porque para mí, la música, en un principio, era un hobby, pero luego se
ha convertido en mi profesión, una profesión por la que siento auténtica
pasión y a la que dedico casi todo mi tiempo. El resto de mis horas
libres son para mi familia.
-¿Cómo reacciona cuando no le viene la inspiración?
-Lo
dejo un rato y más tarde vuelvo a intentarlo. Hago lo mismo que haría
si hiciera otro tipo de trabajo, porque, al final, en la música, como en
todas las artes, hay una parte importante de inspiración y otra no
menos importante de trabajo y disciplina. La disciplina es necesaria
para todo.
-Tiene fama de romántico, ¿lo es?
-No puedo negar
que soy un romántico y, además, no sólo no reniego de ser romántico,
sino que lo defiendo. Sin romanticismo e ilusión sería muy difícil
afrontar los infortunios de la vida. Hay canciones que cuentan historias
de amor y otras de desamor porque están escritas en momentos
diferentes.
¿Es lo que le diferencia de otros cantantes?
-Es
posible. A la gente que me sigue es lo que les gusta de mí: que haya ese
sentimiento en mis canciones. Pero también abordo otros temas más
sociales. Por ejemplo, el tema “Mentiras sinceras” creo que es una
canción más social que de amor.
-¿En quién se ha inspirado para escribir “Ella vive en mí”?
-En María, mi mujer, por más que 'Ella vive en mí' sea una canción de la que pueden apropiarse todas las mujeres.
-Vivir en San Sebastián es un privilegio, pero ¿no le aleja de la movida?
-Quizá
me aparte un poco del foco, incluso puede ser un poco negativo porque,
al no estar en Madrid, te puedes perder un evento interesante, pero hoy
en día para mí no ha supuesto un problema residir en San Sebastián. Si
vivo en Donosti es porque me gusta, porque es mi ciudad y es donde tengo
a mi familia. Mi mujer también es vasca, lo mismo que mis amigos. La
verdad es que aquí se vive muy a gusto. En Donosti podemos llevar una
vida muy tranquila y a mí me gusta pasear en chándal con mi perra.
-¿Se siente profeta en su tierra?
-Sí, me siento
reconocido. Otra de las cosas buena que tiene Donosti es que la gente es
muy respetuosa con los artistas, lo que te permite llevar una vida más
anónima y relajada. En Madrid es lo contrario, todo son prisas y, como
es una ciudad muy grande, las distancias también son enormes. San
Sebastián es una ciudad más recogida.